Anastasis

Artista: Theófanes de Creta

Título: Anastasis

Fecha: c. 1546

Medio: temple sobre tabla

Ubicación actual: Monasterio Stavronikita. Monte Athos. Grecia

 

Nos encontramos hoy ante uno de los más bellos iconos de tradición ortodoxa, la Anastasis o el descenso de Jesús a los infiernos. “Cristo ha resucitado de entre los muertos; con la muerte ha derrotado a la muerte y a aquéllos que yacían en los sepulcros les ha dado la vida”. (Himno Pascual de la Ortodoxia, repetido infinitas veces hasta la Ascensión).

En él podemos ver cómo Cristo aparece como el Dueño de la Vida y el Cosmos. Su cuerpo resucitado, vencedor del abismo de la muerte, está animado por el Dios-Trinidad, principalmente el Espíritu Santo, de ahí el resplandor de energías divinas (rayos de oro) y el dinamismo expresado en su avanzar hacia Adán. Su ser entero “todo luz” anuncia la aurora del nuevo día que nunca tendrá ocaso. Es el día de la Resurrección, el Domingo sin fin donde la creación es recreada para siempre, esa es la razón por la que toma de la mano a Adán.

El infierno se representa de color negro símbolo de la muerte y está a los pies de Cristo. En él se ven figuras grotescas así como llaves, clavos, cerrojos y goznes de las puertas rotas del infierno y la muerte por la potencia del Resucitado y que este pisa.

En el centro está Cristo ataviado con ropajes dorados y lleva en sus manos un rollo. Es el símbolo del pecado, de la deuda contraída por Adán y Eva, una letra que se tenía que pagar.

En la palabra de Dios

Pues también Cristo, para llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecado. el justo por los injustos, muerto en la carne vivificado en el espíritu. En el espíritu fue también a predicar a los espíritus encarcelados, en otro tiempo incrédulos, cuando les esperaba la paciencia de Dios, en los días en que Noé construía el arca, en la que unos pocos /…/ fueron salvados a través del agua; a esta corresponde ahora el bautismo que os salva /…/

(1ª Pedro 3, 18-22)

  • Al igual que en el icono, Cristo desciende a lo más profundo de nuestro ser y nos arranca de las tinieblas. El icono nos puede servir para ver las luces y sombras de nuestra vida de fe, qué cosas deben ser rescatadas, qué cosas sepultadas… Jesús nos tiende la mano para re-crearnos cada día. ¿cómo lo vives?
  • Sin muerte la vida no tendría significado. La Vida que Jesús nos ofrece requiere la muerte de la persona vieja, el abandono y la superación del mal. Líbranos de todo mal rezamos en el Padre nuestro. Algunas veces nuestra propia interpretación del mandato de Jesús hace que nos fijemos sólo en nuestras zonas de muerte. Señala las luces que ya hay en tu vida, fíjate en todo lo positivo que haces y que ya es huella de lo que Dios hace en tu vida. ¿qué harás para potenciarlas?

publicado en misión joven en mayo de 2013

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