Un cartón, un papel y un boli, poco más hace falta para salir a la calle y gritar. Lo vemos casi a diario en cualquier esquina, en cualquier puerta de una iglesia, en la entrada del todopoderoso y omnipresente «el corte inglés». La crisis vino para quedarse, o al menos eso nos hacen creer, desde el 2008. Durante estos años hemos visto como ha crecido el número de desahucios, los ERE, las empresas que se cierran, las tiendas de toda la vida que no volverán a abrir, las protestas, los 15M… y en cada una de estas acciones hay un elemento común, sí aunque parezca difícil de creer. Este elemento no es más que un cartón o un papel con un mensaje escrito a boli.
Mensajes de rabia pueblan nuestras calles mientras los medios hablan de violencia y ataque a la democracia. Pero la verdadera violencia es la que esta crisis está generando en la vida de tantos indefensos. A ellos se les quita lo poco que tienen y se ven abocados a salir a la calle, cartón en mano, de dos maneras posibles, o bien con el mensaje «estoy harto», o bien «tengo hambre».
Tal vez mis palabras suenen demasiado negativas y alguno de los que me lee desde su cómodo sofá piense que exagero, no quiero entrar en polémica. No es mi intención. Pero esto es lo que veo y así trato de mostrarlo en el primer dibujo elegido para ilustrar este número, un mendigo con su plato vacío, su mano tendida y su cartel.
El siguiente paso era buscar el contrapunto positivo a esta situación (recuerdo que este 2014 la cubierta se compone de dípticos), porque aunque parezca mentira lo hay. De ahí surgió la idea de utilizar una imagen con el mismo elemento de protesta pero en clave positiva. Menos mal, y gracias a Dios, hay personas que utilizan el cartón y el boli no para pedir ni quejarse, sino para ofrecer. «Abrazos Gratis» se han ofrecido alguna vez en la calle, no es común, pero alguna vez ha sucedido y si te cuesta creerlo ponlo en google y verás más de una imagen al respecto.
En este número se puede ver cómo la crisis ha permitido que algunas organizaciones o grupos de ciudadanos se unieran para hacer algo positivo ante la negatividad que nos rodea. Los jóvenes que portaban estos carteles hacen lo mismo, vivimos demasiado agobiados, y a veces un abrazo gratuito es la mejor denuncia, por lo menos nos descoloca y nos genera preguntas ¿qué puedo hacer yo para que esto cambie? No hacen falta grandes medios, a veces un simple cartón, un boli y un abrazo es más que suficiente ¿te apuntas?
Publicado en : Misión Joven