Cuesta. Cuesta ser consciente. Tanta tienda, tanto anuncio, tanta bombilla, tanta fiesta, tanto fútbol, tanto… que cuesta darse cuenta de toda la suciedad que hay en el mundo. Ciegos. Atontados. Drogados. Esperando que venga otro y limpie mientras nos escondemos detrás de whastapps en un grupo «flower-power»…
Y millones de corazones a juego, para no desentonar…