en este 2013 la sección final de misión joven está dedicada a la palabra de Dios, a mi se me encargó la sección palabra de Dios y arte, hoy empiezo a compartirla con vosotros, os dejo el artículo del mes de enero. disfrutad.
Artista: Antonello da Messina Título: Ecce Homo Fecha: c. 1473 Medio: óleo sobre tabla Dimensiones: 48,5 × 38 cm Ubicación actual: Collegio Alberoni, Piacenza, Italia
La expresión ecce homo se ha hecho muy famosa a lo largo del 2012 gracias a la intervención pictórica que Celia Giménez hizo sobre un fresco en una Iglesia de la localidad de Borja. Fue un hecho que no pasó desapercibido y del que los medios de comunicación hicieron un uso desmedido llegando a rebasar nuestras fronteras. Fruto de esta noticia, tanto la imagen como la expresión ecce homo, está siendo utilizado por los jóvenes a modo de caricatura y circulan por la red cientos de dibujos y versiones de lo más variopinto. Esta es la razón por la que quiero comenzar esta sección de arte y Palabra de Dios con un Ecce Homo.
El origen de la expresión:
Ecce Homo significa «este es el hombre» o «he aquí el hombre«, es la traducción que en la Vulgata latina se dio al pasaje del Evangelio de Juan (Jn 19, 5) que en el griego original es ἰδοὺ ὁ ἄνθρωπος (idoù ho ánthropos). Son las palabras pronunciadas por Poncio Pilato en el momento en el que presenta a Jesús de Nazaret ante el pueblo que gritaba que le crucificaran. En el evangelio de Juan la escena se sucede tras la de Cristo atado a la columna, la flagelación y la coronación de espinas, en otros evangelios este orden es diferente.
En arte entendemos Ecce Homo como la representación de Jesús apaleado, maltrecho y presentado en su condición humana completamente dolorido.
En la Palabra de Dios
“Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!” (Jn 19, 5)
Pilato en un acto judicial presenta al acusado ante el pueblo. El pueblo es el que se convierte, en ese momento, en juez y dicta sentencia, la crucifixión. La intención de Pilato era que el castigo físico al que Jesús fue sometido serviría para calmar a la masa, pero no fue así. El destino de Jesús estaba en su muerte, pero el escarnio público y la sentencia popular después, eran necesarios para que todos entendiéramos que formamos parte de ese grupo que llevó a Jesús a la muerte. Desde esta perspectiva las palabras del evangelio cobran toda su crudeza y realismo al combinarlas con cualquiera de las representaciones que de Jesús, hecho un “ecce homo”, se han hecho a lo largo de la historia.
Inivito a educadores y Agentes de Pastoral a adentrarnos en la Palabra y orar a través de la imagen, a iniciar a los jóvenes en la contemplación del arte unido a la Palabra que le sirvió de inspiración, a aprovechar el amplio legado cultural que hemos recibido y que directamente nos habla de Dios, de nuestra relación con Él. Contemplar la belleza del dolor, en este caso, no es una acción masoquista ni enfermiza, nos sitúa de lleno en la entrega de Jesús por cada uno de nosotros y nos invita a la acción de gracias.
Muy lejos queda la caricatura y el chiste causado a raíz de lo de Borja cuando somos capaces de adentrarnos en la pintura y ver el dolor del hombre, el rostro sufriente de aquel que entrego su vida por nosotros.