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Pastoral Juvenil y Nueva Evangelización

 

En un reciente encuentro en Barcelona pude visitar Santa María del mar. Cuando entramos se estaba celebrando la eucaristía, pero tenía tantas ganas de verla y era tan poco el tiempo disponible que hice de tripas corazón y me puse a dar una vuelta. El templo desprendía historia por todos los lados y el tono monótono y grave del sacerdote acentuaba la nostalgia del pasado. Pero esa atmósfera se rompía en los pilares. En cada uno de ellos había un monitor de televisión en el que se podía ver lo que en el altar se estaba celebrando. Era una mezcla rara y extraña, una mezcla entre Los pilares de la tierra y Minority Report.

Esta sensación, que se plasmó gráficamente aquel día, lleva tiempo rondando mi cabeza. No es inusual ver como elementos del pasado se entremezclan con las nuevas técnicas de comunicación e información. Algunos nos han animado últimamente a modernizar el medio, sin embargo por mucho que lo disfracemos sigue oliendo a pasado y se tapa la novedad del evangelio.

 

Sin embargo la fotografía que hoy ilustra la cubierta me parece una metáfora válida de cómo debe ser el diálogo. La foto que traigo está tomada el domingo de Ramos, Francisco se encuentra en medio de los jóvenes que junto con sus palmas levantan sus móviles y smartphones. La simbología es perfecta, la iglesia cercana y en medio de los jóvenes que a la vez conjugan tradición y modernidad. El encuentro además se hace en un ambiente festivo y la alegría se ve claramente tanto en el papa como en los jóvenes. Alguno podría pensar en la vaciedad de los jóvenes al querer fotografiar el momento con sus móviles sin vivirlo y no llenarlo de sentido. Creo que esa lectura no es la adecuada, ya que sabemos que los jóvenes utilizan esta tecnología para comunicarse y transmitir aquello que es importante, seguramente a la vez que hacían esas fotografías estaban mandándolas a sus amigos y familiares, estaban compartiendo aquello que en aquel momento para ellos era importante, mensaje y medio se unen, novedad y tradición se unen en un bello diálogo que no añora el pasado. Este es solo un pequeño gesto del nuevo obispo de Roma, pero cada día vemos cómo se multiplican. Con la elección de Francisco parece como si el Espíritu nos estuviera diciendo cuál es el camino.

 

Contrapongo estas dos imágenes porque mucha gente cree que la nueva evangelización consiste en disfrazar de moderno y tecnología lo que «siempre se ha hecho«. Mi conclusión; por muchos medios que pongamos, por mucha emoción que le echemos, por muy modernos que queramos ser, si el mensaje sigue oliendo a rancio (que no digo que lo sea, digo que huele) no tenemos nada que hacer y la nueva evangelización seguirá siendo una buena iniciativa, pero se quedará en eso, en iniciativa. No basta con llenar nuestras iglesias de televisiones, ni en llenar facebook con imágenes religiosas del siglo XIX, se requiere un compromiso una actitud, tal y como leemos en los lineamenta «Por lo tanto, la nueva evangelización es una actitud, un estilo audaz. Es la capacidad de parte del cristianismo de saber leer y descifrar los nuevos escenarios, que en estas últimas décadas han surgido dentro de la historia humana, para habitarlos y transformarlos en lugares de testimonio y de anuncio del Evangelio. /…/ se trata de escenarios sociales, culturales, económicos, políticos y religiosos«.

 

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