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Hace unos meses tuve la suerte de participar en el Congreso de Pastoral Juvenil de Valencia al igual que hice hace años en el Fórum de Pastoral Juvenil. De los dos eventos saco la misma conclusión, el esfuerzo de tantas personas, instituciones, organizaciones y grupos por llevar adelante el mandato de Jesús «llevadlo a todas la gentes» y de hacerlo en especial entre el mundo juvenil. Ríos de tinta se han escrito sobre los modos, las formas, el lenguaje,… esta revista es la mejor prueba, sin embargo el objetivo es sólo uno llevar el mensaje de Jesús a los jóvenes. Al final tengo la impresión de que gastamos demasiadas energías en buscar el “libro de recetas” perfecto y nos olvidamos de lo fundamental, del objetivo. Es como si pusiéramos todos nuestros esfuerzos en completar un puzle en el que sólo nos fijáramos en las piezas y no el dibujo que forma.

Una de las preguntas clave a las que intenta responder este número, o por lo menos generar el debate, es ¿cómo afrontar un repensamiento de la praxis pastoral? Es decir no tanto buscar la fórmula perfecta, sino aportar lo que cada uno (grupo, institución, congregación,…), desde su buen hacer y saber puede aportar para conseguir el fin último, la transmisión de la buena noticia a los jóvenes. Desde este concepto de repensamiento surge la imagen de la portada. En ella nos encontramos un puzle a medio hacer, con piezas de diferentes colores y formas. Estas piezas según se van construyendo tapan la imagen de una capilla clásica, que se presenta entre sombras. Una pieza por sí sola no vale, incluso unida a otra de diferente color tampoco. El puzle solo tiene sentido cuando todas las piezas encajan y nos muestran el color de lo que queremos representar y que da vida a la iglesia.

Hemos de unir esfuerzos, energías si queremos ser signo y testimonio en estos días. Hemos de ser valientes y recomponernos para mostrar una iglesia unida y una pastoral coherente. Esta es la reflexión que me surge después de lo vivido en estos dos encuentros en los que participé, después hablar con mucha gente de diferentes ámbitos de la iglesia, tal vez suene a utopía, pero acaso ¿no lo es también el evangelio?

 

Misión Joven

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