A todos nos ha pasado: subir una foto y arrepentirnos inmediatamente. Preguntarnos si es algo de lo que estoy orgulloso o bien preocuparnos por lo que pensarán los demás. Eso se llama postureo, y no es más que fingir ser feliz en medio de la happycracia que nos ha tocado vivir.

Basta con tener un perfil en una red social, unos cuantos selfies, una dosis de «sonrisas Profiden» y algo de tiempo libre para dibujar una vida envidiable. El uso masivo de las redes sociales ha extendido el fenómeno del postureo.

El término postureo es un neologismo acuñado recientemente para expresar formas de comportamiento y pose, más por imagen o apariencia que por una motivación real. Es una palabra muy utilizada entre los jóvenes que aún no está registrada en los diccionarios.

Sin embargo, algunos jóvenes están empezando a cansarse. Aquí es donde entra BeReal, la nueva red social de moda entre los adolescentes que está creciendo de modo exponencial. Be real significa sé real. Lo que esta red pretende es que los usuarios, de forma espontánea e imprevisible compartan una vez al día lo que están haciendo, sin poses, sin florituras, sin filtros. Cada día, en un momento aleatorio, debes hacer una foto en menos de 2 minutos, estés donde estés. Y lo mejor es que solo las personas que hayas aceptado podrán ver tus fotos. Una nueva red social que viene a romper con lo establecido, el tiempo nos dirá si se trata de una moda pasajera o tiene arraigo entre los jóvenes.

Sabemos que las redes sociales son un arma de doble filo. Por un lado, pueden ser increíblemente útiles y provechosas, pero por otro, también pueden provocar ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. Pueden ser una gran herramienta para conectar con los amigos, pero también pueden hacernos sentir que nos estamos perdiendo algo si no publicamos ese selfie perfecto en el momento exacto.

La forma en que utilizamos las redes sociales ha cambiado desde que aparecieron. Al comienzo todo el mundo quería aparecer feliz en Facebook y Twitter. Pero ahora que todos estamos acostumbrados y tenemos nuestras propias cuentas, hemos comenzado a darnos cuenta de que no siempre es fácil seguir el ritmo de lo que la gente cree que debe parecer, y ahí es donde las cosas se complican.

Tal vez haya una pequeña luz al final del túnel y seamos capaces de utilizar las redes sociales para ser felices y no fingir serlo mientras utilizamos las redes sociales. Puede parecer que es lo mismo pero no lo es. En el primer caso somos reales, en el segundo solo lo aparentamos.

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Publicado en Boletín Salesiano

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