Si eres usuario habitual de redes sociales no hace falta que te explique lo que es un meme. Si solo usas WhasApp es seguro que todas las semanas recibes más de uno, pero a lo mejor no sabes que se llaman así.

Un meme se compone de una fotografía, más o menos graciosa, a la se le acompaña una frase que puede cambiar dependiendo del tema de moda. Los memes se usan como una forma de compartir información o simplemente para hacer un chiste sobre una situación, polémica o noticia. Un ejemplo es la foto de Julio Iglesias acompañada de la frase “y lo sabes”. Los memes se han convertido en una de las formas más populares de compartir y se hacen virales rápidamente. Se han hecho tan populares que los utilizan desde las abuelas hasta los jugadores de fútbol. Todos sabemos que cuando algo se vuelve viral en Internet, se queda ahí para siempre.

El meme, por el mismo proceso viral, hace famosa a la persona de la foto de la noche a la mañana. Son muchos los casos de personas que se han convertido en meme sin buscarlo, simplemente porque alguien eligió su foto en un momento determinado y la hizo viral. Los memes son divertidos, sí, los usamos todos, sí, pero los memes también pueden ser peligrosos.

El pasado mes de mayo leíamos en varios medios que Kaila Posey, una chica de 16 años, se había suicidado porque no podía con la presión mediática que había supuesto para ella convertirse en un meme. Kailia se hizo famosa cuando era solo una niña al participar en un programa de televisión. A partir de una imagen de dicho espacio, su rostro se viralizó a nivel mundial y eso la llevó a ser imagen de muchos memes. Otras personas han perdido sus trabajos o relaciones por las bromas que han compartido con sus amigos. 

Os recomiendo que echéis un vistazo en YouTube a una serie de videos en los que varias personas hablan de lo que supone para ellas ser un meme. No tenéis más que escribir “me convertí en un meme por accidente” en la barra de búsqueda y escuchar en primera persona sus testimonios.

Uno de los grandes problemas de Internet y de las redes sociales es que no sabemos distinguir entre la persona y el personaje. Hay gente que decide crear un personaje en redes sociales de forma totalmente voluntaria. Otras llegan a ser virales por puro azar, alguien eligió una foto de un niño que le pareció graciosa y que llegó por casualidad, le puso una frase y la lanzó al mundo digital donde ya no hubo freno. En el primer caso hablamos de un personaje, en el segundo de una persona real que verá afectada su vida por esa acción. Así que, por favor, ¡piensa antes de compartir!

@jotallorente 

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Publicado en Boletín Salesiano