Me has dejado en visto es la expresión que usan los jóvenes cuando escriben a alguien por Whatsapp y no reciben respuesta de forma inmediata después de haber visto el mensaje. La popular aplicación te avisa de si alguien ha visto tu mensaje por medio de un doble check azul y ha cambiado nuestra forma de comunicarnos en los últimos años. Es una realidad que la mensajería instantánea es ya una necesidad para muchos hasta tal punto que se genera ansiedad en muchos jóvenes, y no tan jóvenes, cuando escriben un mensaje y no reciben respuesta inmediata.
Los que ya peinamos canas soñábamos de jóvenes con las videollamadas o los hologramas tal y como los veíamos en las películas futuristas. Resulta que el presente es más cruel de lo que esperábamos, preferimos escribir y mandarnos fotos. Hay una razón fundamental para ello, la escritura a través de una pantalla es menos intensa en el plano emocional que la videollamada, o la llamada de teléfono tradicional, que requiere estar atento a las emociones de la persona con la que se habla. Preferimos escribir porque requiere menos “esfuerzo” emotivo y nos permite hacer otras cosas. Pero somos animales comunicativos y la conversación no se puede quedar a medias, tiene que cerrarse, y este es el gran inconveniente de las conversaciones por Whatsapp, que si no se cierran bien generan ansiedad, porque el mundo digital todo fluye de manera rápida e inmediata, y aunque no lo creamos, afecta a nuestro estado emocional.
El otro día tuve la suerte de acudir al espectáculo de Luis Piedrahita en Madrid. En medio de su monólogo habló sobre la costumbre de los jóvenes de comprar pantalones vaqueros con agujeros, ya rotos. Comentaba que este el colmo de la inmediatez del mundo en el que vivimos. No podemos esperar a que los pantalones se desgasten, a que hagan su servicio, los compramos ya rotos para aparentar. Pues algo parecido está pasando con nuestras vidas digitales, que queremos acabar casi antes de empezar, por eso nos da cada vez más pereza llamarnos y preferimos escribirnos, porque es más rápido, porque podemos hacer otras cosas, porque mantener otras conversaciones a la vez… porque vivimos rápido, lo queremos todo ya y no podemos esperar a que nuestros pantalones se desgasten.
La gran paradoja es si vivimos rápido por culpa del mundo digital, o si nos comportamos así en el mundo digital porque en la vida de hoy no podemos esperar. Os dejo que me acaba de entrar un Whastapp y no puede esperar.
@jotallorente, sdb
Publicado en Boletín Salesiano en enero de 2020