– No acabo de entender…
– No hay nada que entender. Es parte del misterio…
– ¿Misterio? No te entiendo. No entiendo esa aceptación abnegada de la realidad. El gran drama del mundo acontece cada día y, mientras, Dios observa, como un jubilado más; ahí, apoyado en la valla, en silencio, sin intervenir, dejando que todo suceda sin más. ¡¿Y me dices que es parte del misterio?! Yo no pudo creer en ese Dios inmóvil en el que tú crees.
– Yo no creo en ese Dios que observa del que me hablas. Yo creo más bien en el Dios que espera a que algunos de nosotros alcemos la mirada y vayamos a su encuentro. Yo creo en el Dios de la paciencia inagotable y de la esperanza infinita.
jotallorente
Página personal. De vez en cuando me da por hacer fotos, diseñar y escribir. Aquí os dejo una muestra de mi trabajo y algunas de mis reflexiones.
Una foto complicada, ¿eh? Una foto de alguien que mira, y nada más. Un anciano, de evidente mal gusto a la hora de vestir (tenía que decirlo), que observa y que es ignorado. Y, a partir de esa foto, se os ocurre hablar de Dios, y de miradas.
Curiosamente, las miradas del texto dividen a Dios: un Dios que mira y otro que es mirado. Al igual que en la foto: alguien comtempla o espera, y el mundo le da la espalda y rehúye sus ojos, estableciendo así la separación.
Qué bien que no se trate solo de miradas. O tal vez sí, porque solo se ama cuando se mira, desde la libertad y para ella. Solo hay amor hacia un rostro largamente escrutado, al que se han entregado el tiempo y la tentación de suponer qué habrá detrás. Solo hay conocimiento cuando se ha amado a pesar de todo, de la desconfianza y del miedo, de las decepciones y las traiciones. Solo ama el que espera, paciente, a que el otro busque su mirada.
Va a ser que sí. Que estoy completamente de acuerdo con el Narraluz de esta semana.
no es pequeña la cuestion que tratas.¿Un Dios impasible? ¿un Dios que espera?. Yo ceo que no. Un Dios que actua a traves de cada uno de los que volviendo la mirada hacia El «se dejan hacer» de nuevo