Me engañaste. Te burlaste de mi. Me hiciste sentir un tonto de una manera cruel. Te aprovechaste de mi y jugaste conmigo.
No es la primera vez que me pasa. No te llevarás el premio de ser la única que me ha toreado. No eres ni tan buena ni tan especial. Soy de fácil engaño, qué le vamos a hacer. Será porque necesito que me quieran, será por la poca estima que me tengo, será porque, en el fondo, hacerme la víctima es la mejor manera que tengo de excusarme…
Pero eso fue ayer. Mañana será un día nuevo y lo dedicaré a quejarme y llorar por la mala suerte que tengo en el amor.