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Redes sociales

Desde hace un par de años me viene llamando la atención una cosa. Alguno de los jóvenes con los que comparto las actividades del Centro, después de estar 4 ó 5 horas juntos, cuando llegan a casa se conectan a internet y continúan la conversación que ha tenido, y en algunos casos hablan de cosas más profundas y con más sentido de las que han tenido a lo largo de la tarde. Me ha pasado más de una vez recibir un correo o un mensaje tuenti preguntándome alguna inquietud personal a pesar de haber pasado la tarde juntos, no se atrevían a hacerlo en persona. Es una realidad, internet y las redes sociales con los nuevos patios salesianos.

Esta apreciación viene corroborada por el estudio que en marzo de 2013 la Asociación para la investigación de medios de comunicación hizo sobre el uso de internet (http://download.aimc.es/aimc/4uT43Wk/macro2012.pdf). En este estudio se refleja que el 85% de los jóvenes accede a internet varias veces al día. El 65% ha tenido acceso a las redes sociales en los últimos 30 días y el promedio de redes que utilizan es de 2,6. Un 82,4% usa las redes sociales para relaciones de amistad y un 48,3 para relaciones familiares. Los datos están aquí y nos hablan de la importancia de este fenómeno. Nosotros, educadores y padres, hemos sido educados de otra manera y muchas veces no somos conscientes de la importancia y magnitud de este fenómeno en la educación de nuestros educandos e hijos. Somos más proclives a encender la luz roja de la alarma que analizar en profundidad que pasa por la cabeza de los adolescente y jóvenes. Así, los medios de comunicación nos alertan de los posibles riesgos de estas redes mientras que el estudio nos dice que el 95,1% de los jóvenes nunca ha tenido ningún tipo de problema en su uso.

Las redes sociales son una realidad y también lo es que estamos a años luz. Y eso es precisamente lo que quiero reflejar en la ilustración de la portada de este mes. Presento a dos jóvenes, chico y chica, sin rostro, sin color, sin el paisaje urbano en el que se suponen que viven. Los dos van con sus útiles escolares, mochila, libro, se forman para un futuro. Un futuro que se conforma en un universo nuevo, virtual. Un universo sin referencias concretas que puebla y revolotea en su cabeza, un universo que se encuentra a sus pies y que marca el camino. Su formación, sus estudios, su manera de divertirse, de relacionarse, de jugar, de escuchar música cada vez se hará más a través de la red, es una realidad. Nos puede gustar más o menos, podemos estar a favor o en contra, pero nuestro objeto como educadores es intentar integrar lo que está en el universo del joven y darle una nota de color personal, una referencia concreta, una personalidad para que el individuo no sea un ser vacío ni un clon, sino una persona que se relaciona con otras personas. Una persona que construye su vida. Ese es el reto.

Misión Joven

 

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